Por: Virginia Rodríguez De Barroso
La comunicación es la base de las relaciones humanas, al igual que en la
sociedad una buena, correcta y clara comunicación nos puede ahorrar muchos
malentendidos, en una empresa sucede lo mismo, un clima de cordialidad y de
buena comunicación, nos permitirá desarrollarnos más y mejor en nuestro
ambiente de trabajo, haciendo más y mejores cosas, pero si en lugar de llevar
una cordial y buena comunicación, el trabajo se verá mermado por los problemas
más comunes dentro de cualquier
organización.
La gestión empresarial base de toda empresa, si se realiza una buena
gestión la empresa crece, por el contrario si se realiza una mala gestión la
empresa decaerá. Esta implica un sinfín de requerimientos que necesita cumplir
la empresa, para lograr sus objetivos organizacionales. Aunque la gestión a
simple vista parece sencilla y que cualquier persona puede hacer una correcta
gestión, en el mundo real de la empresa sucede todo lo contrario, se necesita
una persona (gestor) que esté completamente capacitado y sepa hacer
correctamente su trabajo.
Una correcta y buena gestión no solo se enfoca a la empresa y a lo que
sucede dentro de esta, si no por el contrario, trata de encontrar problemas
organizacionales que estén afectando su desempeño, trata de mantener a un
cliente satisfecho, pero sobretodo, se encarga de aprovechar al máximo todos
los recursos con los que cuenta la empresa, para maximizar sus ganancias y
reducir costos, sin dejar de lado la calidad y el cliente.
Aunque existan diferentes tipos de empresas y cada una tenga una manera de
administrar sus recursos de manera diferente, todos a final de cuentas buscan
una sola cosa, vender más y mejor y en consecuencia obtener más ganancias, y
solo hay una manera de hacerlo, a través de la gestión, que nos ayudará y nos
impulsara a poder realizar nuestros sueños realidad. Hay que recordar que nunca
es demasiado tarde para llevar a la práctica la gestión empresarial, que
siempre va haber algo que podamos mejorar, pero sobretodo, que debemos buscar a
las personas adecuadas para que realicen este delicado estudio.
Es importante saber que ninguna empresa puede subsistir si no posee algún
tipo de beneficio, por lo que debe exigir cierto nivel de competencia, puesto
que la gestión se mueve en un ambiente en el cual los recursos escasean y por
eso la persona encargada de la gestión debe aplicarse de diferentes manera para
persuadir a las fuentes de capital (financiadores). Es de la misma manera
importante resaltar que una empresa del sector privado, obtiene muchos más
beneficios que una empresa del sector público. Debido a que las primeras
cuentan con más recursos que las del estado y por lo tanto con más tecnología,
que es el recurso principal de una empresa.
La Gestión empresarial es el proceso de planificar, organizar, ejecutar y
evaluar una empresa, lo que se traduce como una necesidad para la supervivencia
y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas a mediano y largo
plazo.
La gestión funciona a través de personas y equipos de trabajo para lograr
resultados. Cuando se promociona a una persona dentro de una empresa, es
necesario que también se promocionen también sus responsabilidades y no caer en
ciclos sin sentido donde las mismas persona hacen las mismas cosas todo el
tiempo.
Anteriormente la gestión era vista como la función de satisfacer las
expectativas de los propietarios de ganar dinero. Pero en la actualidad ha
cambiado esa perspectiva, desde la competencia y la función de la oferta en el
mercado.
Se dice que mientras más tecnología exista, más amplio será el campo de la
gestión, sin embargo la automatización, la informática, las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación y las expectativas de la sociedad han
puesto en descubierto las carencias que tienen los directivos dentro de las
empresas.
La Gestión Empresarial abarca el ciclo de negocio de la empresa, con un
enfoque no solo en el mejoramiento de los métodos de producción, sino también,
en la consideración de los recursos requeridos, la forma de conseguirlos y
administrarlos. Además, determina si lo que la empresa produce y vende es
realmente lo que necesita el mercado, selecciona los canales de distribución
adecuados para hacer llegar los productos al mercado correcto y finalmente
establece una realimentación de todo el proceso para lograr un verdadero
mejoramiento continuo del negocio.
La gestión, en toda organización, requiere adecuarse al carácter del
trabajo. Uno de sus objetivos principales es conducir los esfuerzos que
realizan sus trabajadores en pos de los objetivos de la organización. Su éxito,
por tanto, depende de su capacidad para lograr los niveles más altos de
productividad, de manera que sus empleados rindan de acuerdo a sus reales
potenciales de desempeño. Durante las últimas décadas, se han producido
importantes cambios en el carácter del trabajo si cambios correspondientes en
las modalidades de gestión.
El cambio más sobresaliente en el trabajo apunta al hecho que el trabajo
manual, pilar de las empresas y organizaciones del pasado, ha dejado de ser
preponderante, cediendo su importancia al trabajo no manual (trabajo
intelectual o de conocimiento). El trabajo no manual exige de modalidades de
gestión radicalmente diferentes de aquellas requeridas por el trabajo manual.
Pues bien, aunque el carácter del trabajo se ha modificado, la gestión sigue
aplicando todavía los mismos modelos del pasado, sigue siendo un tipo de
gestión diseñada para un tipo de trabajo que ya dejó de existir.
El trabajo no manual tiene, al menos, dos componentes muy diferentes. El
primero, es un conocimiento técnico de especialidad. Todo trabajador no manual
es un especialista en alguna disciplina. Es un trabajador de conocimiento en un
área determinada. Sin embargo, hay un segundo componente que no siempre es
adecuadamente reconocido y que incide de manera determinante en la efectividad
alcanzada por el trabajador de conocimiento.
El trabajador de conocimiento trabaja conversando, con otros o consigo
mismo. Su efectividad no sólo depende de sus conocimientos técnicos de
especialidad, sino también, y de manera no menos importante, de sus
competencias conversacionales genéricas. Los resultados que obtiene no sólo
remiten a sus conocimientos sino también, de manera decisiva, a la manera como
conversa y a las competencias e incompetencias conversacionales que exhiba.

Aquello que funcionaba con los trabajadores manuales, con los trabajadores
no manuales muestra efectos restrictivos. Su capacidad productiva se ve
inhibida. Y esto es precisamente lo que está sucediendo hoy en día y lo que se ve
expresado en el reconocimiento de que estos trabajadores sólo están rindiendo
cierto porcentaje de su potencial.
Al mismo tiempo el control interno es un proceso ejecutado por el consejo
de directores, la administración y todo el personal de una entidad, diseñado
para proporcionar una seguridad razonable con miras a la consecución de
objetivos de la empresa. El control interno comprende el plan de organización y
el conjunto de métodos y medidas adoptadas dentro de una entidad para
salvaguardar sus recursos, verificar la exactitud y veracidad de su información
financiera y administrativa, promover la eficiencia en las operaciones,
estimular la observación de las políticas prescrita y lograr el cumplimiento de
las metas y objetivos programados.
Todos los elementos que componen el control interno deben gravitar
alrededor de los principios de calidad e idoneidad, entre ellos se encuentran
planeación, organización, procedimientos, personal, autorización, sistema de
información, supervisión.
El sistema de control interno es el conjunto de todos los elementos en
donde lo principal son las personas, los sistemas de información, la
supervisión y los procedimientos.
Este es de vital importancia, ya que promueve la eficiencia, asegura la
efectividad, previene que se violen las normas y los principios contables de
general aceptación. Los directivos de las organizaciones deben crear un
ambiente de control, un conjunto de procedimientos de control directo y las
limitaciones del control interno.
La gestión, no es solo dar órdenes y arreglar superficialmente los
problemas que existan dentro de cualquier organización, si no que se debe de
cortar de tajo los problemas, arreglar los malentendidos, y administrar los
recursos de una manera eficaz y eficiente, que permitan al empresario dueño de
la empresa gozar de más y mejores beneficios, que a su vez se traducen en
mejores sueldos para los trabajadores, más y mejores empleos dentro de la
empresa y una satisfacción mayor del cliente.
El gestor no solo se enfoca en los problemas que pueda haber dentro de
cualquier organización, también se dedica a estudiar al cliente final, que es
el que consume el producto o servicio que la empresa ofrece. Para poder
estudiar al cliente y al trabajador, el gestor se apoya de varias herramientas
para facilitar su análisis y así poder llevar a cabo la función principal de la
gestión, ganar más con menos, sin descuidar al cliente.
El control interno en una entidad
está orientado a prevenir o detectar errores e irregularidades, las diferencias
entre estos dos es la intencionalidad del hecho; el término error se refiere a
omisiones no intencionales, y el término irregular se refiere a errores intencionales.
Lo cierto es que los controles internos deben brindar una confianza razonable
confiable de que los estados financieros han sido elaborados bajo un esquema de
controles y estrategias que disminuyan la probabilidad de tener errores
sustanciales en los mismos.
Con respecto a las irregularidades, el sistema de control interno debe
estar preparado para descubrir y evitar cualquier irregularidad que se
relacione con falsificación, fraude colusión, y aunque posiblemente los montos
no sean significativos o relevantes con respecto a los estados financieros, es
importante que estos sean descubiertos oportunamente, debido a que tienen
implicaciones sobre la correcta conducción del negocio.
Es por ello, que la gestión empresarial y el control interno son vitales
para toda empresa, ya sea que quiera iniciar o crecer su empresa. Como ya se ha
comprobado una buena y correcta gestión empresarial y control interno nos
llevara a la grandeza y nos hará crecer no solo como empresarios, sino también
como seres humanos, ya que el ser más importante dentro de cualquier
organización es el humano.
De la misma manera, el llevar a cabo esto no es una tarea sencilla, se
necesita una gran paciencia, ser un gran observador, pero sobretodo ser una
persona especializada en la gestión empresarial, ya que está involucra todo lo
que rodea a la empresa, las relaciones humanas, la comunicación, los procesos
de producción un sinfín de pequeñas cosas que hacen que la empresa sea grande.